Nuestro planeta Tierra es una gran esfera que gira sobre sí misma y a la vez gira alrededor del sol. El eje de rotación al de la Tierra mantiene una inclinación constante respecto a su órbita alrededor del sol, consecuentemente se forman los diferentes cambios de estaciones. Aparte de esto, la Tierra tiene un tamaño y composición particular, una fuerza magnética y un campo de gravedad que la hacen única. Trataremos de explicar en el siguiente texto las cualidades y características físicas que tiene la Tierra.
La relación de la Tierra con el Sol:
La Tierra es el tercer planeta contando desde el sol, sino Mercurio primero y Venus el segundo. Esta posición única hace de la Tierra un lugar ideal para vivir. Este planeta mantiene un clima templado que permite las reacciones químicas necesarias para sostener la vida. Pero el clima de la Tierra no es estable, a lo largo de los siglos y de los milenios aparecen distintas laceraciones y distintas épocas de calor que hace que las grandes cantidades de hielo se acumulen o se descongelen.
La órbita de la Tierra alrededor del sol dura exactamente un año, y al contrario de lo que se pueda pensar, no se trata de una órbita circular sino una órbita elíptica, por lo que el sol está ligeramente apartado del centro. La distancia del sol a la Tierra es de aproximadamente 150 millones de kilómetros. Se trata de una distancia tan grande que la luz del sol tarda ocho minutos en llegar a la Tierra. Si el sol desapareciese tardaríamos ocho minutos en darnos cuenta.
La inclinación del eje de la Tierra con respecto al sol es la causante de las distintas estaciones. En verano la Tierra está inclinado de manera que el sol cae de forma más directa. En invierno, al contrario, la inclinación de la Tierra hace que los rayos del sol penetran con un ángulo de inclinación más oblicuo por lo que la incidencia es menor. Es por ello que cuando es verano en el hemisferio norte, a su vez es invierno del hemisferio sur, y al contrario. Esta característica ha dado lugar a las grandes migraciones de aves que continuamente se mueven de un hemisferio a otro buscando la temperatura ideal.
La relación de la Tierra con la Luna
El planeta Tierra tiene una sola luna, mientras que otros planetas tienen varias, como el caso de Marte que tiene dos lunas, o el caso de Júpiter que tienen nueve lunas. La luna terrestre tiene 3474 km de diámetro lo que equivale a la cuarta parte del diámetro de la Tierra.
La explicación principal sobre el origen de la luna se basa en un impacto gigante que tuvo lugar en la Tierra y que desplazó una cantidad ingente de masa fuera de su órbita. Esta teoría sugiere que el impacto tuvo que suceder con objeto de aproximadamente el 10% de la masa de la Tierra.
Forma esférica:
Así como el sol y la luna aparecen en el firmamento como esferas, la Tierra también tiene forma esférica, aunque ligeramente achatada por los polos. El diámetro de la Tierra en el ecuador es de 12.756 km, y su circunferencia alrededor de la Tierra y de 40.075 km.
Aunque históricamente el ser humano ha considerado que la Tierra era plana, ya desde la edad media se presuponía que la Tierra era redonda. Esto se podía notar al mirar el horizonte en el mar, cuando las naves llegaban o se iban, cuya imagen iba desapareciendo o apareciendo poco a poco.
La composición:
La composición en la Tierra aparece en los tres estados, sólido, líquido y la parte gaseosa de la atmósfera. A continuación vamos a ver los porcentajes en función de la masa y en función de los elementos más representativos de la Tierra:
Hierro 34,6%
Oxígeno 29,5%
Silicio 15,2%
Magnesio 12,7%
Níquel 2,4%
Azufre 1,9%
Titanio 0,05%
El oxígeno aparece sobre todo combinado con muchos otros compuestos, formando líquidos y sólidos. Aunque se suele asociar el aire como un compuesto rico en oxígeno, la verdad es que aproximadamente el 80% es nitrógeno. En ningún otro lugar del sistema solar se puede encontrar una atmósfera tan cargada de oxígeno como en la Tierra. Esta característica ha sido sin duda una de las más importantes a la hora de asegurar un entorno favorable para la vida en la Tierra.
En el caso del agua, (H2 o) puede parecer que el hidrógeno es un elemento abundante, pero debido a su pequeña masa podemos considerarlo como despreciable. El oxígeno combinado con silicio, (si 02), es arena, y es uno de los compuestos más abundantes de la Tierra. La gran mayoría de hierro se encuentra en el núcleo de la Tierra, y es el principal causante del campo magnético.
El núcleo de la Tierra, tiene el tamaño de Marte, y está compuesto principalmente por hierro y níquel, pero también alberga otras cantidades de elementos más ligeros, como son el oxígeno o el azufre. La mayor parte se encuentra en estado líquido, fundido, mientras que el núcleo interno, del tamaño de la luna, se encuentra en estado sólido.
El manto de la Tierra, de unos 2900 km de espesor, tiene una consistencia rígida, pero que puede fluir lentamente. Por ello, la corteza terrestre, flota sobre el manto del mismo modo que un trozo de madera flota sobre el agua. Consiguiendo de esta forma causar los terremotos, volcanes, y formación de cadenas montañosas que hoy en día conocemos.
La corteza se compone principalmente de granito y de silicatos, aunque en el fondo marino abunda sobre todo una densa roca volcánica llamada basalto. La corteza mide unos 40 km de espesor, aunque por lo general la corteza oceánica tiene apenas unos 8 km de espesor.
La atmósfera:
La capa de aire que rodea la Tierra se vuelve más delgada cuanto más lejos de la superficie nos vamos. Si bien es cierto que podemos encontrar aire incluso a 600 km por encima de la superficie, alrededor de los 160 km por encima de la Tierra, el aire es tan escaso que los satélites pueden orbitar sin apenas problemas de rozamiento. Un dato curioso que se ha demostrado gracias a estos satélites, es que la atmósfera superior de la Tierra, se expande durante el día y se contrae por la noche, debido al efecto de calefacción y refrigeración.
La capa más baja de la atmósfera es conocida como troposfera, en cuyo interior se forman constantemente movimientos internos causados por la luz del sol al incidir sobre la superficie del planeta, por lo que el aire caliente se eleva, posteriormente se enfría, y vuelve a caer, formando los continuos cambios de clima que se estudian en los centros meteorológicos.
Por encima de la troposfera, a unos 48 km por encima de la superficie terrestre, se encuentra la estratosfera. En esta parte de la atmósfera podemos encontrar la capa de ozono, que es la encargada de impedir que la mayor parte de la radiación ultravioleta alcance la superficie de la Tierra. El ozono es un elemento que se caracteriza por tener tres átomos de oxígeno. Esta molécula es capaz de absorber la dañina radiación ultravioleta, pero a su vez es muy sensible a combinarse con otros compuestos como el cloro, o el flúor. Es por ello que los gases clorados procedentes de la contaminación pueden afectar al deterioro de la capa de ozono.
El vapor de agua, el dióxido de carbono, y el resto de gases de la atmósfera consiguen atrapar el calor del sol, en lo que se denomina el famoso efecto invernadero. Gracias a la acción de estos gases, la temperatura de la Tierra es la adecuada para albergar la vida. Sin la atmósfera terrestre, posiblemente el planeta Tierra tendría las mismas condiciones infernales que podemos encontrar en nuestro planeta vecino Venus.
Campo magnético:
La Tierra se comporta como un imán gigante con un polo magnético cerca del polo Norte, y otro polo opuesto cerca del polo Sur. Por ello las brújulas siempre marcan el norte magnético. Como hemos explicado anteriormente, el principal causante del campo magnético es el mineral de hierro que permanece en el núcleo de la Tierra. A través de las diferentes edades, hay indicios de que los polos cambiaron de dirección, aunque ninguna teoría puede demostrarlo y hoy por hoy, nadie puede asegurar que esto fuera así. Lo que sí se sabe es que el campo magnético se ha debilitado un 10% desde el siglo XIX.
El campo magnético de la Tierra también es capaz de atraer partículas cargadas que son emitidas por el sol. Estas partículas suelen concentrarse alrededor de los polos, y en contacto con el aire de la atmósfera suelen brillar con tonalidades verdosas, que se conocen con el nombre de auroras. Aurora boreal en el polo Norte, y aurora austral en el polo Sur.
Gravedad:
No conviene confundir la gravedad con el campo magnético. La gravedad es la fuerza con la que se atraen los objetos entre sí, y que está íntimamente relacionado con sus masas. La gravedad de la Tierra es la que sostiene los océanos y la atmósfera. También es la responsable de que los objetos siempre caigan hacia el suelo.
Cuando lanzamos una pelota o disparamos una bala hacia el cielo, la gravedad siempre actuará deteniendo el movimiento de dicho objeto y volviéndolo a atraer hacia el suelo. Para poder conseguir escapar de la gravedad de la Tierra sería necesario lanzar la pelota o disparar la bala con una velocidad de 40.248 km/h. Es lo que se conoce como velocidad de escape.
Formación y evolución de la Tierra:
Los científicos creen que la Tierra se formó aproximadamente a la vez que el sol y que el resto de planetas hace unos 4,6 millones de años. Por entonces sólo existía una gigantesca nube de gas y polvo conocida como la nebulosa solar. A medida que esta nebulosa sucumbía a su propia gravedad se fueron formando los planetas y el sol. El viento solar era tan poderoso que los elementos más ligeros, como el hidrógeno y helio, quedaron más alejados del sol formando los conocidos como planetas mayores, mientras que los planetas más cercanos, como la Tierra y sus hermanos pequeños, son planetas sólidos y rocosos.
La ciencia moderna que que la Tierra comenzó como una gran masa de roca sin agua. Los materiales radiactivos de dicha roca en combinación con un aumento de presión general es suficiente calor como para fundir el interior de la Tierra, causando de este modo que algunos productos químicos cambiasen a estado líquido, formando la superficie líquida de la Tierra, y otros a estado gaseoso, lo que evidencia la creación de la atmósfera terrestre. Los científicos sugieren que los océanos pudieran haberse formado 200 millones de años después de la creación de la Tierra.
La historia de la Tierra puede dividirse en cuatro periodos: Hadean, Arcaico, Proterozoico y Fanerozoico. A su vez el período Fanerozoico se divide en otros tres períodos o eras: la era paleozoica, la mesozoica y la cenozoica. La era del paleozoico vio el desarrollo de muchas especies animales y de plantas en el interior del mar. La era del mesozoico es también conocida como la era de los dinosaurios, y por último la era del cenozoico, es la era actual de los mamíferos.
La mayoría de los fósiles que se encuentran en las rocas proceden del periodo paleozoico. Se trata de animales invertebrados que carecen de esqueleto como el caso de los corales, los moluscos o los trilobites. Los peces aparecen por primera vez en la Tierra hace unos 450 millones de años. Los anfibios aparecen un poco después, hace 380 millones de años. Los primeros reptiles y también los grandes bosques y pantanos aparecen hace 300 millones de años.
La desaparición de los dinosaurios, que muchos científicos consideran que fue causado por un impacto de un asteroide, ocurrido hace 65 millones de años, y dio lugar al nuevo período llamado cenozoico. Los mamíferos supervivientes lograron convertirse en los animales terrestres que hoy dominan la Tierra.
La vida en la Tierra:
La Tierra es el único planeta del universo conocido en el que existe vida. Desde el fondo de los océanos más profundos hasta unas pocas millas de la atmósfera, habitan varios millones de especies, y los científicos aún discuten sobre las que quedan por descubrir. Se calcula que hay entre cinco y 100 millones de especies en la Tierra, pero la ciencia sólo ha identificado unos 2 millones de ellas.
Como hemos dicho anteriormente, las características de la Tierra han dado lugar a unas condiciones favorables para la aparición de la vida. Estas mismas condiciones, podrían darse también en otras partes del sistema solar. Los científicos sospechan que podrían existir otros candidatos para albergar la vida. Como es el caso de la luna de Saturno llamada Titán, o el caso de otra luna de Júpiter llamada Europa.