Mercurio es el planeta situado más cerca del sol y también es el más pequeño de los ocho planetas de nuestro sistema solar. Se llama Mercurio en honor al dios romano Mercurio, muy conocido por ser el mensajero de los dioses, y que probablemente se relaciona a la velocidad orbital de este planeta. Mercurio tarda aproximadamente unos 88 días en dar la vuelta al sol, durante ese mismo tiempo la rotación de su eje apenas completará 1,5 vueltas. Éste mecanismo de rotación tan lento es único en todo el sistema solar, y sirve como argumento para demostrar la teoría de la relatividad general de Albert Einstein.
Aproximadamente cada siete años, el planeta Mercurio puede ser visto desde la tierra. Esto sucede porque la órbita de Mercurio está inclinada 7° con respecto al plano de órbita terrestre.
El planeta Mercurio es conocido por la humanidad desde hace miles de años. Se desconoce la fecha exacta de su descubrimiento, pero si se sabe que existen documentos sumerios que hablan sobre Mercurio en el año 3000 a. C.
Como hemos dicho anteriormente, un año en Mercurio dura aproximadamente 88 días. Tiene un periodo de traslación relativamente corto, pero en cambio su periodo de rotación es bastante elevado. En comparación con el planeta tierra, un día en Mercurio dura aproximadamente 176 días terrestres. La gravedad ocasionada por la cercanía del sol hace que con el tiempo la rotación vaya frenándose hasta que un día, probablemente, Mercurio dejará de rotar sobre su eje. Su órbita es tan rápida alrededor del sol, que las primeras civilizaciones humanas creían que se trataba en realidad de dos estrellas diferentes.
Mercurio es el planeta más pequeño del sistema solar. Tiene un diámetro de 4879 km. A pesar de ello, es uno de los cinco planetas que es visible a simple vista desde la tierra. Es un planeta pequeño pero denso, su estructura se compone principalmente de metales pesados y de rocas. Esta misma composición la podemos encontrar en la tierra y en nuestros planetas vecinos Marte y Venus.
Mercurio debe su nombre al mensajero de los dioses romanos, también conocido en la mitología griega como Hermes. Probablemente la velocidad con la que la deidad romana entregaba los mensajes era tan rápida que se comparaba con la velocidad con la que gira Mercurio alrededor del sol.
No fue hasta el año 1543, con la llegada del modelo heliocéntrico de Copérnico, que los astrónomos comenzaron a considerar a Mercurio como un planeta. Hasta entonces, se le consideraba como otra estrella, más pequeña que el sol. Los antiguos observadores del horizonte, a menudo amanecían con Mercurio, y después amanecían con el sol.
El planeta Mercurio tiene tan sólo el 38% de la gravedad de la tierra. Esto significa que Mercurio no tiene la capacidad de mantener la atmósfera en su lugar y queda expuesto a las distintas partículas procedentes del sol (viento solar). Aunque estas partículas, pueden modificar la química de las superficies y crear distintos gases, formando una pequeña especie de atmósfera. Esta baja gravedad también le impide a Mercurio tener anillos o lunas. Aunque existen textos que aseguraban que entre Mercurio y el sol, aún existía otro planeta llamado Vulcan. Hoy en día se desconoce la existencia de tal planeta, ni tampoco existen teorías de que en el pasado haya existido o haya sido devorado por la inmensa gravedad del sol.
Mercurio, a pesar de ser el planeta más cercano al sol, no es el planeta que ostenta las temperaturas más calientes. El planeta más caliente del sistema solar es Venus, debido a su atmósfera opaca de ácido sulfúrico. Pero sin embargo, Mercurio sí que alberga, al carecer casi completamente de la atmósfera, las temperaturas más extremas, que oscilan, desde los -170 °C de la noche hasta los 430 °C del día.
El eje de Mercurio tiene la inclinación más pequeño de todos los planetas del sistema solar, y esto se traduce en una falta total de estaciones o de temporadas.
Mercurio tiene su interior un gran núcleo formado por hierro, probablemente fundido, de aproximadamente unos 1800 km de diámetro. Este núcleo supone alrededor del 40% del volumen total del planeta. En comparación, el núcleo de la tierra sólo supone el 17% de su volumen.
La corteza exterior de Mercurio tiene unos 500 km de espesor, bastante delgada si la comparamos con la corteza y manto terrestres que se sitúan a casi 3000 km del núcleo.
Mercurio tiene una atmósfera muy delgada y muy fina. Esta atmósfera se compone de átomos procedentes de la superficie del planeta que son arrastrados por los vientos solares. El calor y la poca gravedad permiten escapar a dichos átomos, por lo que la atmósfera de Mercurio está en constante renovación.
Mercurio tiene un campo magnético bastante débil, que equivale aproximadamente al 1% del campo magnético terrestre.
A lo largo de la historia, únicamente dos naves espaciales ha logrado visitar Mercurio. Sin duda alguna, aproximarse a Mercurio es relativamente difícil debido a su proximidad al sol. Las naves espaciales han debido viajar cerca de 91 millones de kilómetros para alcanzar Mercurio. La nave espacial Mariner sobrevoló la corteza de Mercurio tres veces durante los años 1974 y 1975 cartografiando más de la mitad de su superficie. El 24 de marzo de 1975, esta nave se quedó sin combustible, por lo que hoy en día se considera que aún sigue órbita alrededor del sol. Otra nave, la sonda Messenger, fue lanzada en el año 2004 con el objetivo de explorar la densidad de Mercurio, la naturaleza de su campo magnético, así como su historia geológica.
La superficie de Mercurio es bastante similar a la luna. Tiene la mayor cantidad de cráteres producidos por impactos de todo el sistema solar. Al tratarse de una superficie geológicamente no activa, los impactos generan un cráter que deja huella para siempre. La mayoría de los cráteres de Mercurio tienen nombres de escritores y artistas famosos. Los cráteres mayores de 250 km de diámetro se denominan cuencas, y la cuenca mayor de Mercurio es la cuenca caloris, descubierta por la sonda Mariner y que tiene 1550 km de diámetro.
La atmósfera de mercurio es tan delgada que es prácticamente inexistente. Se considera que la atmósfera de Mercurio es 1015 veces menos densa que la atmósfera terrestre, por lo que Mercurio se sitúa más cerca del verdadero vacío que cualquier otro vacío jamás creado por el hombre.
La composición de la atmósfera de mercurio, según la NASA, es la siguiente:
42% de oxígeno, 29% de sodio, 22% de hidrógeno, 6% del, 1% de potasio, y posteriormente cantidades despreciables de dióxido de carbono, agua, nitrógeno, calcio y magnesio.
La cartografía realizada por la sonda Mariner que sobrevoló Mercurio en 1974 reveló que Mercurio tiene tres características importantes.
Uno-la primera característica es la enorme cantidad de cráteres que se han ido acumulando a través de millones de años.
La segunda característica son las llanuras que se encuentran entre los cráteres. Estas llanuras son áreas lisas de superficie, y la hipótesis más probable es que se han creado a partir de antiguos flujos de lava.
La tercera característica de Mercurio son los acantilados, que aparecen a lo largo de toda la superficie con longitudes de miles de kilómetros y con alturas que oscilan entre 100 y 2000 m. Las teorías que estudian este fenómeno, parecen indicar que la formación de estos acantilados tiene como origen la disminución del núcleo. A diferencia de los acantilados terrestres que son formados por el movimiento de las placas tectónicas. Esta disminución del núcleo, supone por tanto la disminución del propio planeta.
La presencia de los campos de lava no sugieren que Mercurio hubo actividad volcánica, pero por otro lado, la presencia de los cráteres, nos están indicando que Mercurio lleva siendo geológicamente inactivo durante un largo período de tiempo.
Interior:
En términos generales, el interior de Mercurio se compone de tres capas distintas: la corteza, el manto, y el núcleo.
La corteza de Mercurio tiene aproximadamente entre 100 y 300 km de espesor. La aparición de los acantilados mencionados anteriormente, nos indica que la composición de esta corteza es sólida pero quebradiza.
Con 600 km de grosor, el manto de Mercurio puede considerarse relativamente delgado. Esta delgadez sugiere que en algún momento tras la formación del sistema solar, algún tipo de colisión pudo ser la causa de la desaparición de la mayor parte del manto.
El núcleo de mercurio tiene un diámetro aproximado de 3600 km y su característica más importante es su extrema densidad.
Órbita y rotación:
Una característica importante de la órbita de Mercurio es su alta excentricidad en comparación con el resto de planetas. La órbita de Mercurio es la menos circular.