Las tortugas han vivido en la tierra desde hace más de 200 millones de años. Los científicos consideran que aparecieron mucho antes que los mamíferos, las aves, los cocodrilos o las serpientes. Se sabe que las primeras tortugas no podían esconder la cabeza hacia el interior de su caparazón, y que al contrario que las tortugas modernas, tenían dientes. Pero desde entonces, las tortugas apenas han evolucionado.
Hábitats de la tortuga:
Las tortugas ocupan todos los continentes excepto la Antártida. Pueden vivir en casi cualquier clima lo suficientemente caliente como para poder completar su ciclo de reproducción. Se trata de un animal que está muy extendido, y cuya evolución le ha permitido vivir hasta más de 100 años de edad. Un caso documentado de alta longevidad por parte de una tortuga, lo encontramos en un ejemplar de tortuga gigante encontrado en el Océano Índico, que por entonces debía tener unos 50 años, y que posteriormente llegó vivir en cautividad otros 152 años más.
Aunque las tortugas no toleran bien el frío, se llegaba encontrar ejemplares nadando bajo el hielo en la región de los grandes Lagos. Probablemente sea América del norte el lugar que albergaba mayor variedad de especies de tortugas. Europa en cambio apenas tiene tres especies distintas.
Hay siete especies reconocidas de tortugas marinas: carey, verde, flatback, caguama, la tortuga lora, laúd y golfina. Todas ellas se encuentran listadas bajo la ley de especies en peligro de extinción. La mayor amenaza de estas tortugas actuales es el ser humano, que en ocasiones recolecta sus huevos para su propio consumo, y en otras ocasiones, son las propias tortugas las que mueren atrapadas entre redes y basura que flota en el agua.
Morfología de la tortuga:
La tortuga destaca sobre todo por el caparazón que la acompaña siempre a cuestas desde que nace hasta que muere. El caparazón es la parte de la cáscara abovedada que se sitúa en la parte superior, mientras que el recubrimiento de la parte inferior se denomina del plastrón.
El caparazón se compone de unas 60 placas óseas, todas ellas conectadas entre sí que ofrecen resistencia y protección adicional. En general, las tortugas terrestres tienden a tener un caparazón en forma de cúpula mucho más ovalado que las tortugas marinas que tienen una forma aerodinámica más plana.
La mayoría de las especies de tortuga tienen cinco dedos en cada extremidad, con la excepción de la tortuga de Carolina cuyos ejemplares en algunos casos tienen cuatro y en otros casos tienen tres dedos. Las cuatro extremidades realizan funciones de natación. Algunas especies utilizan las patas traseras de manera muy hábil para cavar agujeros donde enterrar los huevos. Las tortugas terrestres pueden esconder las extremidades dentro del caparazón, en cambio la tortuga marina no puede retraerlos.
Dependiendo de la especie, las tortugas pueden llegar a tener diferentes colores; desde un color verde oliva, verde marrón, marrón rojizo, pasando por el amarillo e incluso el color negro. La tortuga verde recibe este nombre debido al color de su grasa corporal.
Las tortugas tienen un excelente sentido del olfato y una magnífica vista. Las tortugas marinas, a pesar de no tener una abertura para el oído externo, como lo tienen las terrestres, poseen unos grandes párpados que las protegen los ojos. También se caracterizan por tener un buen tacto, ya que incluso la cáscara contiene terminaciones nerviosas, por lo que la tortugas capaz de darse cuenta si algo o alguien roza su caparazón. También son capaces de absorber oxígeno a través de la piel del cuello, por lo que pueden permanecer bajo el agua sumergidas durante largos periodos de tiempo.
Las tortugas, son sin duda uno de los reptiles más antiguos y primitivos que existen sobre la tierra. Tal vez basta ver su cascarón para preguntarse si será ésta la causa responsable de su larga longevidad.
La reproducción de las tortugas:
Las tortugas marinas nacen enterradas bajo la arena en grupos de varias decenas de huevos. Tras dos meses de incubación, las pequeñas tortuguitas rompen el cascarón, suben a la superficie de la arena y comienzan a correr hacia el mar en lo que viene siendo la carrera más importante de sus cortas vidas. Durante la distancia que separa el nido de la orilla del mar, las tortugas son atacadas por una gran variedad de depredadores, aves, cangrejos…
Las tortugas marinas alcanzan la madurez alrededor de los 30 años. Una vez ataviadas con los machos, regresan a la playa en la que nacieron para acabar un agujero y poner sus huevos. Una tortuga marina puede poner huevos varias veces durante cada temporada.
La migración de las tortugas:
Las tortugas son capaces de integrar durante miles de kilómetros buscando zonas con mayor concentración de alimento o evitando las zonas frías.
Un experimento efectuado sobre un ejemplar de tortuga laúd, mostró una de las migraciones más largas que se conocen llevada a cabo por un animal vertebrado. Aquella tortuga llegó a desplazarse alrededor de 18.000 km desde su lugar de nacimiento en una playa de Papúa, hasta alcanzar las costas de Oregón, en Estados Unidos. Para ello tuvo que rastrearse al animal por satélite. Estas nuevas tecnologías, permiten conocer más información acerca de sus migraciones y por tanto ayudan a proteger su entorno.